LITHA: la antigua festividad pagana del Solsticio de Verano
En tiempos de Sol y Luna
En el antiguo calendario pagano lunisolar, aquel que se regía por los ciclos lunares y solares, se celebraban ocho festividades fundamentales, que marcaban fechas tan importantes como solsticios y equinoccios, cambios estacionales, siembra y cosecha, épocas del año con más luz y oscuridad y, en definitiva, el ciclo de la Naturaleza de nacimiento, muerte y reposo.
LITHA, el fuego, el calor y la luz del Sol
Con la festividad de Litha, diosa de la Tierra, daba comienzo el solsticio de verano, que comprendía los días del 21 al 24 de Junio.
Durante ese período el Sol alcanza su cenit en el cielo, pareciendo estático, e inaugurando la época de cosechas y la temporada más fértil del año. Los días son más largos que las noches alcanzando su máximo esplendor el día 24 de Junio, el día más largo y la noche más corta del año, también conocida como la noche de San Juan, festividad que el Cristianismo adoptó de las culturas pretéritas.
Se realizaban hogueras y se danzaba alrededor del fuego a modo de purificación; se daban baños en los ríos y lagos para renovarse y bendecir los matrimonios, las cosechas, los animales y asegurarse prosperidad protección y fertilidad.
Se juntaban en los bosques y se recogían plantas medicinales para preparar ungüentos y pociones ya que creían que la energía del solsticio potenciaba las propiedades mágicas y curativas.
El solsticio de Verano y el signo de Cáncer
No es casualidad que en la festividad de Litha astrológicamente se dé la entrada en el signo de Cáncer, signo protagonista del hogar y de las relaciones familiares.
Con la energía de Cáncer sentimos la necesidad de nutrir nuestro nido, nuestras raíces y nuestros vínculos más cercanos, sintiéndonos en familia y protegidos. Además, el planeta regente de este signo es la Luna, que a su vez rige nuestro mundo emocional, y con la entrada de verano y el esplendor de luz del Sol nos sentimos exaltados en nuestras relaciones sociales.
Los rituales de Litha
La celebración de Litha era muy poderosa y mágica y se hacían diversos rituales a modo de protección, bendición y buen augurio para asegurarse prosperidad y fertilidad.
Se hacían reuniones en los bosques para la recogida de hierbas y plantas medicinales con las que se preparaban las coronas de flores, pociones y ungüentos: lavanda, canela, manzanilla, hinojo, hierba de San Juan, entre otras; para hacer inciensos se elegían el limón, la rosa, lavanda, pino, roble, menta, tomillo y el romero.
La conexión con la Tierra y el Cosmos
Durante la festividad de Litha, se creía que era un buen momento para comunicarse con los espíritus del bosque, hacer rituales amorosos para garantizar la durabilidad y fertilidad de los matrimonios y bendecir a los animales y las tierras.
En esos días se dice que el velo entre el mundo visible e invisible se hacía más liviano, favoreciendo la comunicación entre los dos mundos. Pasa algo similar en la festividad de Samhain, el 31 de Octubre, el día de todos los Santos o también conocida como Halloween, la noche de las almas.
Sea como fuere, está claro que los antiguos entendían que formaban parte de un Todo y, no solo respetaban y veneraban el ciclo de la Naturaleza, si no que aprovechaban todo lo que ésta les ofrecía sin interrumpir sus procesos.
Es importante que volvamos a esos ritmos que estaban marcados por los astros y estrellas, que no desaparezcan las antiguas tradiciones que nos hacían ser parte de todo un engranaje y que nos ayudaban a sentirnos en armonía y equilibrio con nuestro entorno.
La desconexión que sentimos hoy en día nos enferma hasta niveles difíciles de identificar, sacando lo peor del ser humano y reforzando una idea pesimista y destructiva de nosotros mismos; volver al origen no es retroceder sino conectar con nuestra sabiduría interna, que no es más que un fractal de la Sabiduría divina.
¡Feliz Solsticio, feliz entrada en Cáncer y feliz Litha!